miércoles, 28 de febrero de 2018

Se escapa la vida


Noto entrar el filo del cuchillo sin prisa en mi vientre: cada suave empujón, cada milímetro de carne rasgada...
Mientras empujo suavemente el filo, el dolor alcanza unos umbrales en los que ya deja de doler, es como un pequeño placer; un placer que me quita la vida.
Huelo la sangre, por primera vez en mucho tiempo, huelo. Huelo a hierro, a mi propia sangre saliendo de mi cuerpo y no me desagrada.
En realidad hace demasiado tiempo que no siento, huelo, ni saboreo nada, siquiera la vida y paradójicamente ahora que se escapa huelo la vida y esta me huele a rancio, a hierro, a moho, a óxido.
Percibo el sabor férrico de mi propia sangre que ahora emana por la boca y no siento miedo, solo saboreo la sangre ¡hace tanto tiempo que no paladeo nada!
Mis manos siguen sujetando el cuchillo, manos firmes, manos que empujan hacia delante, no se detienen ¿para qué? ¿Acaso alguien se acordará de mí?
Es chocante, tener que estar a punto de morir para respirar la vida.
No vacilo, no me arrepiento, respiro hondo y el olor a sangre vuelve a inundar mis células olfativas.
¿Cuándo morí? ¿Acaso en unos minutos? No, ciertamente hace años que estoy muerta y no recuerdo desde cuando.
Mientras mis papilas gustativas saborean la sangre que sale por la boca, mi vida pasa deprisa y se detiene en pequeños instantes:
Aquel en que me fui de casa.
Aquel que robe a mis seres queridos.
Aquel en que deje de hablar con mis primos, tíos, hermanos, padres…
Aquel en que por orgullo no pedí ayuda.
Aquel en que admití que tenía un problema.
Aquel en que recaí y decidí que yo controlaba.
Mientras, cada instante se detiene en mi mente, las lágrimas resbalan por mi rostro, lágrimas también sangrientas, pero por primera vez siento que son de liberación.
La vida se escapa de mi cuerpo marchito, demacrado y débil, sin embargo el miedo desaparece y con el miedo por primera vez desaparece la culpabilidad.
Admito que lo hice lo mejor que supe, que soy inocente, que no pasa nada, que todo fue y es como debe de ser.
La vida se escapa, pero llega el amor y el perdón.
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.



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