A veces nos preguntamos cómo es posible que si su voluntad es
que seamos felices suframos tanto. ¿No? Al menos yo muchas veces lo hago, sobre
todo cuando algo me afecta a mí o a mis hijos e incluso cuando veo alguna
noticia de violencia, guerras...
Creo que Él no sabe de nuestra demencia; que al apartarnos e
imaginar la dualidad creamos una locura de la que tenemos que despertar y esta
enseñanza de: merecemos sufrir, penar, pagar por el pecado... está tan
arraigada en nosotr@s que nos parece algo cotidiano, cuando debería de ser algo
fuera de lo común y nuestro estado natural sería el de la felicidad. ¿Cómo
recuperar esta sensación de paz y amor como algo normal?
Realmente echando las bolas fuera de nuestro cesto, no. No es
culpa de nuestro Padre/Madre, Energía, Dios… como cada cual quiera denominarle;
si Él se inmiscuyera en nuestros asuntos iría en contra del libre albedrio, de
nuestro poder de decisión.
Tal vez es mucho más sencillo de lo que creemos.
Yo soy hoy madre y he sido y soy hija; pues las vivencias,
consejos, buenos deseos de mis padres pocas veces me han servido; he tenido que
equivocarme muchas veces para darme cuenta que si hubiese escuchado a mi madre
hubiera acortado camino y sufrimientos (la mayoría de las veces), sin embargo
estas vivencias me han convertido en lo que soy y estas mismas vivencias veo
hoy que si bien me sirven a mí, a mis hijos la mayoría de las veces no.
No obstante estoy (o al menos lo intento) cuando necesitan que
les tienda la mano y evito decir:
-“¡Ya te lo dije!” (O al menos lo intentojjj).
Somos almas en un cuerpo que ha venido a experimentar nuestras
propias lecciones y un padre/madre solo debe de estar esperando a que sus hijos
necesiten una mano para tenderla sin reproches, sin enfados, sin condiciones.
A veces nos preguntamos cómo es posible que si su voluntad es
que seamos felices suframos tanto. ¿No? Al menos yo muchas veces lo hago, sobre
todo cuando algo me afecta a mí o a mis hijos e incluso cuando veo alguna
noticia de violencia, guerras...
Creo que Él no sabe de nuestra demencia; que al apartarnos e
imaginar la dualidad creamos una locura de la que tenemos que despertar y esta
enseñanza de: merecemos sufrir, penar, pagar por el pecado... está tan
arraigada en nosotr@s que nos parece algo cotidiano, cuando debería de ser algo
fuera de lo común y nuestro estado natural sería el de la felicidad. ¿Cómo
recuperar esta sensación de paz y amor como algo normal?
Realmente echando las bolas fuera de nuestro cesto, no. No es
culpa de nuestro Padre/Madre, Energía, Dios… como cada cual quiera denominarle;
si Él se inmiscuyera en nuestros asuntos iría en contra del libre albedrio, de
nuestro poder de decisión.
Tal vez es mucho más sencillo de lo que creemos.
Autora:Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora,
MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
Tienda
on-line: http://herboristeriaherbasana.es/
Redactora
en: http://www.enbuenasmanos.com/
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