Cada
uno de nosotros tiene un nombre que se nos es dado al ser creados. Este nombre es conocido como:
Nombre
espiritual y/o sagrado.
En
realidad este nombre vibra con nuestra esencia y no es de ser que lo sepamos en
la tierra.
Solamente
se nos es dado conocer cuando has empezado tu camino espiritual.
Sin
embargo conocer nuestro nombre espiritual nos ayuda a identificar nuestro
camino interior.
Una
vez lo conozcas investiga sobre el y entonces sabrás cual es el potencial a
mejorar y perfeccionar a lo largo de tu vida.
Es
una buena idea repetirlo a modo de mantra, pues este nombre vibra a una
potencia diferente y te hace conectar con tu verdadero Yo. Cada vez que lo
escuchas y/o ves escrito le recordarás a tu alma cual es su destino y lo que
tiene que hacer para lograrlo.
Sin
embargo si no lo conoces no te obsesiones; llegara cuando sea el momento, ni
antes ni después; solo estate atent@ a las señales.
Recuerdo
cuando hice mi primer nivel de reiki y me preguntaron si me había sido
revelado; me quede en silencio, como si algo no hubiese hecho bien, como si el
no serme revelado fuese por que no lo había conseguido; lo mismo sucedió en el
resto de niveles L .
Casi
tod@s conocían su nombre espiritual menos yo, lo pedía en mis meditaciones,
creo que incluso hasta un nivel obsesivo. Todo menos darme cuenta que hacía
muchísimos años que me había sido dado, que lo usaba y seguía usándolo cada día
sin darme cuenta.
Izha.
Cuando
aún no existía ni Internet me hice radioaficionada y tenia que buscar un
nombre, sin saber porque elegí este, eso si; tenía claro su grafía, con la h
intercalada. Cada día desde entonces lo uso y nunca me percate de su importancia;
de vez en cuando buscaba su significado sin lograrlo; lo busque en el
traductor, en el diccionario hebreo, arameo… y nada. Hasta que no hace mucho
tiempo y sin buscar apareció en un diccionario bíblico.
"El [Dios] brilla [es
resplandeciente]" o "ungido con aceite").
Me
llego cuando debía, ni antes ni después; sigo sin entender; pero en ello estoy.
Así
pues, si tú aún no sabes tu nombre no te obsesiones; si tiene que llegar,
llegara; tal vez lo tienes delante de las narices y no te has percatado de
ello.
Eso
si, te aconsejo que una vez que lo tengas apliques la regla 40.
Durante
40 días úsalo, medita sobre el, escríbelo, recítalo y pide a gente de tu
confianza que lo usen. Siente como vibras en conexión, úsalo como un mantra
personal, permítele ser un reflejo de tu Yo interno; un reflejo de la elevación
del alma.
Recuerda
que toma un tiempo sentirse cómod@ en el; por ello la regla 40. Son como unos
zapatos nuevos a los que tus pies se deben de adaptar en un tiempo se adaptan a
tus pies, tus callos… pero en un principio de duelen. Por eso la regla 40, si en 40
días descubres que no estas cómod@, que no conectas, que no aumenta tu vibración…
es que no es tu nombre. No sufras, cuando llegue y apliques la regla 40 notarás
como penetra en tu ser y entonces sabrás que:
Siempre
te llamaste así; solo que no lo sabías.
Autora:Rosa Francés Cardona (Izha)
Acupuntora, MTC, hipnosis, Dietética y Nutrición.
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